El miedo es una fuerza de inercia muy poderosa

Que nos inhabilita y nos congela. Esta epifanía la compartí hoy con unas compañeras de trabajo. Recuerdo que antes de divorciarme lo pensé por años y no me animaba a decirselo a mi ex, pensaba que estaba loca, porque comparaba mi matrimonio al de mis amigas, familiares y conocidas, y yo decía: "yo debo estar loca", porque mi esposo no era golpeador, ni celoso, ni mujeriego, ni infiel, ni me prohibía salir, viajar, era buen proveedor y no me daba "chivo", es decir, yo tenía acceso completo a las cuentas de banco. Entonces no tomaba la decisión por miedo a arrepentirme, por miedo a dejar ir algo bueno, pero ¿qué tan bueno puede ser si no era feliz? Si me sentía miserable. Tuvo que suceder un hecho doloroso para llenarme de valor, o verme obligada y forzada a hacerlo. Uno se queda en situaciones no tan buenas pero tampoco tan malas por la comodidad y costumbre, porque es mas dificil arriesgarse y vivir que acomodarse y estancarse, por nos aterroriza el hecho de salir de nuestra zona de comfort, porque la sociedad nos ha enseñado un modelo o molde social único que todos debemos seguir y copiar fielmente o de lo contrario se nos tacha con muchos adjetivos y ninguno es muy halagador. No sé si algún dia lo sabré, sólo sé que la única forma de averiguarlo era tomando esa gran y atemorizante decisión, y dar ese gran paso, y ahora que lo dí no me arrepiento, sigo con muchos miedos y temores pero ahora no me paralizan, ahora me impulsan, y cuando las dudas intentan asaltarme sólo recuerdo los años "perdidos" sumida en mis inseguridades y temores. Ahora que estoy divorciada, quebrada económicamente, no tengo casa, ningún tipo de seguridad social, pensión, ahorro para el retiro y estoy a punto de perder mi empleo debido a despidos masivos... SOY MUY FELIZ, por primera vez en mi vida me satisfago, me quiero, me gusto, me caigo bien, me disfruto y me doy cuenta de que no necesito mucho para ser feliz.