La Virgen en Nacotitlán…

El jueves pasó la Virgen por atrás de la casa (la casa de mis papás tiene dos entradas; la entrada principal está por la Av. Circunvalación y la entrada de servicio está por monte acongagua), yo no la vi, sólo me tocó ver cuando los vecinos estaban preparando todo, colgando plástico picado (antes papel de china picado) haciendo las alfombras de aserrín con diseños muy chidos, etc. Y ya cuando se había ido la procesión. Nosotros no pusimos nada porque no nos gusta juntarnos con ellos, la verdad esa gente es muy naca, no es que yo me crea muy fresa, pero ellos exageran en su naquez, por ejemplo, en la noche del día que pasó la Virgen, veníamos dos amigas, sus dos niños de una de ellas y yo, cuando pasamos por la esquina de mi casa por la parte de atrás me di cuenta que habían dejado como seis costales llenos de aserrín del que habían utilizado para hacer las alfombras para la Virgen afuera de mi casa; a mi no me gusta meterme con nadie ni meterme en problemas, pero una cosa es evitar problemas con los vecinos y otra muy diferente es que le vean a una la cara de pendeja; así que le dije a una de mi amigas: “espérame aquí tantito” y comencé a jalar los costales a casa de frente a la mía, en eso salió uno de los habitantes que yo conozco (se puede decir que es mi amigo, no muy cercano pero si existió un tipo de amistad, estuvo conmigo en la preparatoria) y me dijo: “hola cómo estás?” y yo le respondí de lo mas tranquila: “bien Carlos, y tu?”, el siguió su camino y yo el mío, pero enseguida salió su tía y comenzó a rebuznar en voz alta: “aquí no hay hombres, nadie nos defiende”, yo no respondí por no hacer el asunto más grande pero pensé, al contrario, él si es un hombre y sobre todo caballero, pero más que nada es un político que conoce su chamba (él, además de ser militante del PAN trabaja en el departamento jurídico del ayuntamiento de Guadalajara, por un huesito que le aventaron), no le conviene echarse enemigos encima por si algún día decide (o le dan chance en el PAN de) lanzarse para un puesto de elección popular, y mucho menos echarse enemigos sin razón.